La complejidad de la sociedad actual

Un video del duo noruego Röyksopp que muestra las complejidades de la vida urbana en una ciudad capitalista. Todo con infografías.

Sacramento homeless camp

Primero, una simple y bastante gráfica explicación de la crisis económica (por Jonathan Jarvis):

(También pueden encontrar una versión en español aquí)

Segundo, unas palabras de Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos:

Considero que las entidades bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que la fuerzas militares… Si los ciudadanos americanos permiten a los bancos privados controlar la moneda, primero mediante la inflación, y después mediante la deflación, la banca y las corporaciones que proliferen alrededor [de los bancos] despojarán a los ciudadanos de toda la propiedad hasta que sus hijos se queden sin casas en un continente que conquistaron sus padres y a quienes pertenece todo lo que haya alrededor. (1802)

Finalmente, la cruda realidad, filmada, colgada en Youtube y con el siguiente comentario:

This location is literally in my backyard. I have watched it grow from a handful to hundereds overnight. Current estimates are at 1200 people within several more camps like the one in the video.

(Este lugar es literalmente mi jardín trasero. Lo he visto crecer literalmente de un puñado a cientos de personas de la noche a la mañana. Se estima que hay 1200 personas en varios campos como el del video)

Y lo peor de todo es que los mismos que decían que el Estado no tenía por qué meterse en la economía exigieron un rescate de cientos de millones de dólares, pagados de los impuestos de los ciudadanos, para seguir timbeando.

Memorex

La memoria es frágil. Por eso, el ser humano ha inventado todo tipo de tecnologías para registrar su paso por el mundo, desde la escritura en pedazos de cerámica hasta el video de alta definición. De hecho, la historia humana está basada, en buena parte, en registros escritos y visuales. Gracias a los registros, los expertos son capaces de estudiar hechos ocurridos incluso hace 5000 años.

El problema se da cuando no existe la voluntad de recordar. Cuando un grupo de personas con suficiente poder se encargan de dificultar el registro de evidencias e historias, o la publicación de las mismas, estamos ante un fuerte problema social: el olvido. En el Perú, tras casi dos décadas de violencia política, aún vivimos en el olvido. Lo demostramos cuando permitimos el regreso de Alan García a la política peruana, por ejemplo, o cuando usamos argumentos como «pero ahora estamos mucho mejor que hace 25 años». Solemos olvidar (o más bien ignorar) las atrocidades cometidas por el ejército en la lucha contra Sendero Luminoso o, peor aún, las justificamos diciendo que ellos pacificaron el país. Una cosa es la lucha justa y necesaria contra un enemigo fanático y otra, muy distinta, es coger algunos campesinos al azar y asesinarlos por considerarlos sospechosos.

Tenemos actualmente en Palacio a una persona responsable no solo del colapso económico de nuestro país, sino también de la muerte injustificada de miles, incluyendo la matanza de los penales. Si bien los muertos de dicha matanza eran reos acusados de terrorismo, además amotinados, nada justifica que, una vez rendidos, se les repasara a punta de ametralladora.

Cada vez que paso por Lurín veo las pintas de «Fujimori inocente: estamos esperando tu regreso» y me indigno cuando escucho a su sus seguidores hablar de «inocencia» o realizar maniobras políticas para su absolución en el futuro. No se es inocente cuando se da un Golpe de Estado, se lleva una política de acallamiento de la oposición y se pretende burlar la ley para tratar de perpetuarse en el poder. Es cuestión de sentido común.

Por ello creo no solo necesaria, sino urgente, la construcción de un museo permanente de la memoria. Un lugar donde cada peruano pueda reflexionar y comprender qué pasaron las víctimas de la violencia política. Por eso es indignante ver cómo el gobierno rechaza la oferta alemana de 2 millones de dólares con argumentos como que «el Perú no necesita museos mientras sea pobre y con carencias sociales» (Antero Flores Aráoz), pues, de alguna manera el mensaje oculto es «tenemos que mantener al Perú ignorante para seguir haciendo lo que nos de la gana).

De hecho, yo también me pregunto cómo dormirá Alan García por las noches… y Fujimori, y todos los que participaron en todos los actos de crueldad.