Alan: metiste la pata hasta el fondo.

Caballo Loco ha demostrado que haría cualquier cosa y le lamería el culo a todo el mundo con tal de conseguir la tan ansiada «inversión extranjera» para «luchar contra el perro del hortelano».

Como bien sabemos, el Tibet ha vuelto aintentar una rebelión para independizarse de China y el ejército popular ha tomado las riendas del asunto de manera totalmente represiva, aunque la versión oficial diga lo contrario. Como bien sabemos, China no es el ejemplo del respeto a los derechos humanos. Por ahí empiezan a llamar a China una nación neoesclavista. Si bien China ha crecido alucinantemente en materia económica, lo ha hecho a costa de mantener un control total sobre su población, restringiendo los contenidos de la prensa, tanto tradicional como Internet, y manteniendo a sus trabajadores en condiciones prácticamente de esclavismo, con jornadas que superan ampliamente las 8 horas y por sueldos miserables. Sí, políticamente reune lo peor del comunismo, pero económicamente es más capitalista que el resto del mundo.

¿Cómo nos incumbe esto? Nuestro presidente viajó la semana pasada a China para lograr algunos acuerdos comerciales e invitar a sus empresarios a invertir en nuestro país. El asunto es que en su afán por captar el favor de los chinos, se mandó con que apoya la represión contra el Tibet, en un contexto en que todos los países del mundo condenan lo que sucede en aquellas latitudes.

La noticia es vieja, pero aquí está para los que se la perdieron.

«Perú se opone firmemente al proyecto de referendo en Taiwán para su adhesión a la ONU y está consciente de las razones que están detrás de la reciente violencia en Lhasa», dijo a Wen Jiabao el presidente peruano, citado por la televisión central (CCTV) y la agencia oficial Nueva China.

«El pueblo peruano siempre estará al lado del pueblo chino y apoya firmemente China en la causa justa de la soberanía nacional y integridad territorial», apuntó García, según esos medios oficiales chinos, en su antepenúltimo día de visita oficial a China.

Ay! Alan! Recuerda que el pez muere por la boca. Acabas de demostrar que tu respeto por los derechos humanos es nulo.

Utero de Marita: Sólo el Perú apoya a China

Yo me tomé todo tu milkshake

Este fin de semana aproveché para ver algunas películas que no había tenido tiempo de ver. Una de ellas fue «There will be blood» (Petróleo Sangriento). Me pareció un excelente retrato del capitalismo y me llevó a pensar en varias cosas que incumben a la situación actual del Perú. Para los que no la han visto, vayan a verla. Es la historia de Daniel Plainview, quien se convierte en magnate del petróleo a principios del siglo XX y de cómo se encarga de apropiarse de las tierras de la familia del pastor evangélico Eli Sunday y devorar, casi literalmente, todos los recursos petrolíferos que se encuentran en éstas.

La parte cumbre es cuando Daniel es visitado por el Eli y le pide que haga una inversión en las tierras de un hombre que había muerto recientemente, cuyas tierras eran vecinas a las del Pastor. La respuesta de Daniel engloba la sed de devorarlo todo que tiene el capitalismo «Esas tierras están secas, no tienen petróleo (…) yo me chupé todo el petróleo de esas tierras por debajo. Si tu tienes un milkshake, y yo tengo un milkshake, y yo tengo una cañita larga que llega hasta el tuyo, YO ME TOMO TODO TU MILKSHAKE! YO ME TOMÉ TODO TU MILKSHAKE!!!» (La conversación completa la pueden leer en Wikiquote)

Y así funciona, no? El capitalista se come todo, se toma todo y no deja a nadie. Obviamente en diferentes grados. El personaje del magnate petrolero representa al capitalismo llevado al extremo. No quiere que nadie más tenga éxito, quiere todo para él, solo le interesa tener más dinero, no importa si eres el hijo, el hermano, el mejor amigo, si te interpones en su camino va a tratar de arrasarte.

¿Cómo se relaciona esto con el Perú? Bueno, básicamente con la política del gobierno de privatizarlo todo. Las mineras, las empresas petroleras, los que se encargan de sacar el gas natural, etc. Obviamente van a venir a sacarlo todo, sin importar nada. En el afán de ganar dinero, ¿qué importa el medio ambiente? ¿qué importan los derechos laborales? ¿qué importa lo que piense el pueblo? ¿qué importan los derechos humanos?

No estoy diciendo que entonces estaticemos todo, o que dejemos de producir gas, ni petróleo, ni minerales. Pero es importante imponer condiciones y dejar las cosas claras. Le estamos vendiendo el país sin ningún tipo de restricción y eso solo va a causar que las protestas sociales se intensifiquen, que el señor presidente llame «perro del hortelano» a todo el mundo y que los mismos señorones capitalistas salgan beneficiados.

Más sobre el tema:

Godoy – El Perú ¿avanza?